Fuimos víctimas del destino ~ Capítulo 11

Fuimos víctimas del destino ♥

Llegamos al departamento de Ivonne en un ciantamen, al menos así me pareció a mí, que venía totalmente en las nubes sobre el automovil. Ivonne no dijo ni una palabra, me conocía demasiado. Sabía que algo me afecta y que ese algo era Johnny. Ivonne supo cómo tratarme, sabía como hacer que yo me sintiera cómoda aunque pasara cualquier cosa, por eso la amaba tanto. No tocó el tema desde que llegamos, pero hicimos algo que hacía mucho tiempo no hacíamos: pedir comida china por teléfono. Era algo que amaba hacer con ella, lo necesitaba. Para mi suerte llego más rápido de lo que pensaba y automáticamente nos sentamos en el suelo de la sala a disfrutar de nuestra cena. Sabía que todo no podía ser color de rosas y la charla que tanto temía comenzó a surgir.
_ Creo que es hora de contarme amiga – dijo dejando su comida de lado para mirarme con esa mirada especial
_ Lo sé, lo sé. No podré escaparme esta ves, no? – sonreí
_ No te hace bien escaparte todo el tiempo. Pienso que debes darle frente a tus sentimientos – dijo tomando una de mis manos.
_ Es posible que… sienta algo más allá de lo normal por Johnny?
_ No solo es posible. Se les nota en la mirada, a ambos. Samantha por Dios, sé que hay algo especial entre ustedes dos…
_ Nos besamos – dije duvitativa – No debí dejar que sucediera!
_ MADRE MÍA! Tú sí que eres afortunada – dijo pegando un salto – No digas más! Él te quiere – dijo sonriendo. No pude evitarlo y sonreí, algo avergonzada.
_ No entiendes Ivonne, no es tan fácil como tú crees. No es como una fanfiction o algo así, como cuando eramos más jóvenes y imaginábamos cosas con él. Esto es… tiene mujer – dije mirando hacia el suelo.
_ Sam, aunque estuviera con la reina de Inglaterra no importaría si hay amor – dijo haciendo que la mirara. Nos quedamos en silencio, yo estaba demasiado confundida, habian pasado demasiado cosas en muy poco tiempo y necesitaba descanzar. Ivonne se había dado cuenta, no sólo tenía las palabras justas, sinó el abrazo en el momento preciso. Me abrazo, como intentando pasarme fuerzas, como deseando que de alguna manera, el camino correcto viniera hacia mí.