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El amigo de mi hermano ~ Capítulo 5

El amigo de mi hermano 
_ Sí que huele delicioso – repitió Johnny entrando justo tras de mí sin que yo lo notase – Y…qué harás mañana? – me preguntó apoyándose en la mesa donde mi madre se encontraba. Ella detuvo lo que hacía para estar atenta a la conversación.
_ Y esa pregunta se debe a? – esperé a que él continuara la conversación o que por lo menos me diera un indicio acerca de su curiosidad además, la sonrisa que mi madre tenía en el rostro no me inspiraba mucha privacidad.
_ Pensé que tal vez querrías recordar como es tu ciudad – contestó él.
_ Me estás invitando a salir? No tienes novia acaso?
_ No lo tomes como una cita – se defendió – Y no es mi novia, es solo una amiga.
_ Una amiga con derechos – repliqué e inmediatamente continué la plática para no darle oportunidad a respuesta – Bueno, quisiera aceptar tu “no cita” pero mañana saldré a buscar empleo – con esta última palabra sentí la mirada inquisidora de mi madre sobre mí – Sí, no pienso quedarme aquí haciendo nada – le expliqué.
_ Un amigo mío está buscando una camarera para su cafetería, estás interesada? – interrumpió Johnny.
_ Me acompañarás? – pregunté a lo que él asintió – Está bien – dije fingiendo cansancio.
_ No habrá problemas con esa muchacha, verdad Johnny? – intervino mi madre clavando la mirada en él.
_ Es solo una amiga – respondió Johnny regalándole una sonrisa para calmar la angustia habitual de cualquier madre – En serio huele bien – murmuró él inclinándose hacia el pirex.
_ Te quedarás a cenar? – inquirió mi madre y ello me llevó a pensar de que durante estos seis años Johnny había ocupado un lugar especial en mi familia, realmente se los había sabido ganar – Bien! – exclamó ella gustosa de colocar un cubierto más en la mesa – Pero la invitación es para ti, desaloja a esas chicas de una vez.
_ Acaban de llegar – indiqué.
_ Ahora las defiendes – ironizó Johnny pero yo quedé en silencio – Está bien – dijo él segundos después al darse cuenta de que no tenía intención alguna por contestar eso – Veré qué hago pero no prometo nada – señaló antes de salir de la cocina, dejando a mi madre con una amplia sonrisa en el rostro.
_Qué sucede?
_ Es un buen muchacho, verdad? – re preguntó ella sin borrar aquel gesto.
_ Supongo – murmuró – Hace mucho que no lo veía y la gente cambia – expliqué haciéndome la interesante.
_Cuando te fuiste…
_ Obligada – interrumpí haciendo énfasis.
_ Cuando te fuiste – retomó mi madre restando importancia a mi comentario – Estabas enamorada de él si…se le puede llamar amor a esa edad, claro.
_ No estaba enamorada – repliqué tratando de mentirme a mí misma aunque mis mejillas sonrojadas me delataban – Era un simple gusto y…me voy a cambiar – indiqué tratando de zafarme de aquella incómoda conversación.
_ Está bien – dijo mi madre – Y no te fuiste por obligación – indicó levantando el tono de su voz para que la alcanzara a oír antes de cerrar la puerta de la cocina – Sabías que tenías que acompañar a tu tía.
_ Claro – contestó saliendo del lugar. En el fondo, tenía razón. Cuando el esposo de mi tía falleció la soledad y la profunda tristeza podría haberla llevado a cometer alguna tontería pero siendo yo su “sobrina favorita” debí acudir al rescate y aunque en un principio odié la idea, aprendí a quererla en el camino. Cuando me dirigía a las escaleras pude ver como los chicos y aquellas dos tipas se despedían de mi hermano y Johnny…
_ Nos vemos, Rose – alcanzó a decirme David casi gritando para que lo oyese. Yo sonreí mientras asentía.

1 comentario:

Gracias por leer...

Gracias por leer...
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