Mi profesor ~ Capítulo 6

Mi profesor ♥

_ No haremos clases? – preguntó Silvia extrañada a la vez que guardaba su cuaderno en la carpeta.
_ Claro que sí – contestó John sonriendo – Pero sin utilizar los libros. He tenido su edad y sé cuánto aburre desempolvarlos para un examen – explicó observándola fijamente para culminar con una corta pausa en la que esperaba a que todas obedecieran su pedido – Bueno, ahora que estamos listos, quiero que cierren sus ojos – las muchachas lo miraron de forma incrédula – Qué esperan? Prometo no hacerles nada cuando los cierren – bromeó a lo que las muchachas sonrieron – Muy bien – dijo él cuando las jóvenes habían cerrado los ojos – Quiero que imaginen un hermoso paisaje…ustedes en medio de él, el viento soplando en la frente, los cabellos alborotados por él y…quiero que imaginen también el olor de las flores que se encuentran a dos pasos de ustedes, son flores amarillas – decía caminando en medio de las carpetas – Qué es lo que sienten?
_ Libertad – contestó Anna con timidez por el miedo a la burla.
_ Muy bien – exclamó Johnny deteniéndose junto a ella para regalarle una sonrisa.
_ Yo siento que estamos perdiendo el tiempo – intervino Rose con ironía. Johnny se volvió a ella para caminar en su dirección.
_ Las clases son algo mas que leer los libros, Rose – le dijo él colocando su mano sobre el hombro de la muchacha que disimuló perfectamente su nerviosismo – Cierto! Lo olvidaba – murmuró regresando al frente del aula – Quiero que me llamen Johnny, nada de profesor ni de señor o algo por el estilo. Me harían sentir más viejo de lo que estoy…
_ Tú no estás nada viejo, Johnny – dijo Silvia con algo de malicia en el tono de su voz. Sus compañeras voltearon a mirarla entre risas – Qué? Solo he dicho que no está viejo.
_ Gracias – hizo una pausa esperando a que la muchacha le dijera su nombre.
_ Silvia.
_ Gracias, Silvia – agradeció juntando sus manos a la vez que sonreía avergonzado – Creo que este sería un perfecto momento para las presentaciones, así las conozco y puedo llamarlas por su nombre – dijo Johnny – Quizás Rose quiera empezar – indicó.
_ En realidad no tengo ganas de empezar – contestó ella sonriendo de forma maliciosa.
_ Bueno, entonces que empiece alguien que sí quiera participar – respondió Johnny.
_ Empezaré yo – intervino Marta parándose de un solo movimiento para apoyar a su primo que empezaba a ponerse nervioso ante el comportamiento de Rose. Luego de ello, las muchachas se ofrecieron una por una para presentarse ante él, frente a ello Rose no tuvo otra opción mas que hacer lo mismo. La hora de clases transcurrió rápidamente pues se basó en solo eso, las presentaciones. Johnny salió del aula en medio de las risas de sus alumnas y luego de dejar el libro que había llevado al aula en su oficina, se marchó del internado para visitar a su novia quien lo aguardaba desde hacía ya una hora.
_ Por qué te tardaste tanto? – preguntó Romina abrazándolo mientras Johnny hacía lo mismo dejando el gorro que llevaba puesto a un lado – Te he estado esperando – decía a la vez que caminaban lentamente hacia el sofá en el que cayeron lentamente – Sabes que no me gusta pasar mucho tiempo sin ti – añadió antes de besar a Johnny – Ya te he pedido que vivamos juntos.
_ Respecto a eso – murmuró Johnny apartándose ligeramente del cuerpo de Romina – Pensé en que sería mejor para mí si busco algo cerca de mi trabajo – dijo – Algo como una cabaña.
_ Ya la alquilaste verdad? – preguntó la mujer clavando sus grandes ojos en los de su novio.
_ Así es – respondió Johnny esperando los reproches de Romina que no se hicieron esperar.
_ Johnny! – exclamó ella fastidiada quitando la mano de él de su cintura – Acepté que trabajes en ese internado aún sabiendo que está repleto de muchachitas que estarían contentas por aventarse a un profesor como tú pero, que vivas cerca de allí, es mucho!