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Mi profesor ~ Capítulo 23

Mi profesor 
_ Esta se trata de otra de tus apuestas? – susurró Johnny separando por escasos centímetros sus labios de los de la muchacha mientras esta acariciaba la mano del profesor que se mantenía sobre su rostro.
_ Pensé que me daría alguno de sus discursos de loquero – respondió Rose sonriendo al igual que Johnny.
_ Sabes que esto no se puede repetir…
_ A no ser que usted lo desee tanto como yo. Como sucedió ahora – dijo la joven antes de levantarse mientras Johnny la seguía con la mirada hasta que ella entró en la habitación donde Marta descansaba. Johnny esperó unos minutos a que Rose regresara junto a él pero al darse cuenta de que ella no planeaba hacer eso, tomó una colcha y luego de acomodar las almohadas del sofá, se echó en él para descansar lo que restaba de la noche. No pasaron muchas horas cuando el celular del profesor sonó, era Orlando que estaba angustiado al haber llegado a su casa sin tener noticias de su hermana. El joven llegó una hora después de conversar con su primo en la moto de este último, entregándosela de vuelta mientras Johnny le daba las llaves de su auto para que así pudiera marcharse acompañado de las chicas que abordaron el auto con dificultad producto del sueño.
Llegado el día lunes las chicas regresaron al internado. Luego de dejar sus cosas en su habitación caminaron hasta su aula donde el director les esperaba…
_ Qué hacen aquí? – preguntó él en medio del silencio y las miradas inquisidoras de sus compañeras.
_ Dicen por ahí que aquí recibimos clases – respondió Marta.
_ Que graciosa Capdevila – exclamó el director con sonrisa irónica – Me refiero al hecho de que, ustedes están castigadas, lo recuerdan verdad? Anna y Deziré pueden entrar – indicó a lo que la última ayudó a su amiga para entrar al salón – Y ustedes…tienen jardinería, pintura y repostería, elijan, de todas maneras hoy no recibirán clases.
_ Se supone que eso es malo? – murmuró Silvia dando vuelta en compañía de Rose y Marta que solo atinaron a sonreír dándose tiempo en lo que caminaban hasta el jardín para repartirse las labores. Silvia optó por ayudar al jardinero con el rosal de la puerta principal mientras Marta apoyaría con la pintura de la oficina del coordinador. Rose no tuvo mas opción que ir hasta la cocina donde la muchacha esperaba por ella para que iniciara con la preparación del almuerzo. No había pasado ni una hora cuando la cocinera se retiró por un corto lapso que fue aprovechado por Johnny de forma casual pues él desconocía que la muchacha se encontraba allí.
_ No deberías estar en clases? – preguntó dirigiéndose a Rose que tenía las manos completamente sucias.
_ Prefiero estar aquí – respondió Rose limpiándose en el delantal mas cercano que encontró.
_ Pensé que era una forma de pago luego de tu travesura – dijo Johnny esbozando una adorable sonrisa, lo mismo hizo Rose – Necesitas ayuda? – preguntó él quitándose el reloj dando a notar que su ofrecimiento era real pero en aquel momento la cocinera llegó pidiéndole que se retirara de la manera más cortés. Johnny asintió dejando solas a ambas. Luego de ello el día continuó en normalidad, excepto cuando llegó la noche en que Rose salía de la cocina algo titubeante sabiendo que debía cruzar el jardín que ya estaba oscuro. Cruzó sin saber que estaba siendo observada por Diana, que estaba escondida tras la jaula donde tenía encerrado al rotwailer que deambulaba por el internado a esas horas. La muchacha, que había robado las llaves, abrió la jaula dejando escapar al perro que salió corriendo como si buscara alguna presa terminando por divisar a Rose que al darse cuenta del animal, empezó a correr llamando la atención de Johnny que se encontraba en la puerta principal conversando con el jardinero.
_ Rose! – gritó Johnny presa del pánico al ver como el perro estaba cada vez mas cerca de la muchacha. El profesor, sin pensarlo dos veces, corrió al encuentro de la alumna con el fin de protegerla – Rose! – continuaba gritando mientras el jardinero corría también intentando sujetar al animal.

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