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Mi profesor ~ Capítulo 34

Mi profesor 
_ Que sincero – respondió la muchacha – Pero, propuesta aceptada – exclamó acercándose al muchacho para depositar un tierno beso en sus labios pero, en aquel instante, la puerta de la casa se abrió violentamente dejando salir a la madre de los jóvenes que la jaló de un solo movimiento a ella.
_ Quién es este adefesio? – gritó la mujer juzgando la ropa que el muchacho vestía.
_ Ningún adefesio, señora – contestó él – Mi nombre es Daniel.
_ A mí no me importa cómo te llames. Aléjate de mi hija o llamo a la policía.
_ Ya por favor, mamá – le rogaba Marta.
_ Eres una cualquiera – le gritó volviéndose a ella – Mira que besuquearte con esto! Y esos cabellos? Qué demonios te hiciste?
_ Ya cálmate mamá, por favor – intervino Orlando.
_ Tú cállate – le ordenó – Te ordené que cuidarás a tu hermana y mira como la traes! Con este tipejo y con esos cabellos pintados como una mujerzuela! Seguro este adefesio la obligó a hacerlo! Y sabes qué? Vamos adentro – gritó sujetando el brazo de su hija.
_ Me estás lastimando, mamá – se quejó Marta llorando por la vergüenza.
_ Mira Marta, mientras vivas en mi casa, las reglas las pongo yo! – enfatizó la mujer empujando a la muchacha dentro de la casa.
_ Perdón Daniel, no sé qué decirte – se excusaba Orlando apenado.
_ Tú también Orlando, entra! – gritó empujando al joven de la misma manera como lo había hecho con su hija – Y usted, largo de aquí! – le ordenó a Daniel entrando nuevamente a la casa donde les exigió a sus hijos que entraran a sus habitaciones. No quería oírlos.
A la mañana siguiente, Marta se despertó a causa de un rechinido cerca de sus oídos. Cuando abrió los ojos, se encontró con que su madre le estaba cortando el cabello.
_ No! Qué haces? Qué estás haciendo? – gritó Marta espantada a la vez que corría al espejo para ver como su hermoso cabello largo había desaparecido para darle lugar a un corte amorfo que simulaba al de un hombre – Cómo pudiste haberme hecho esto? Cómo pudiste pudiste? – cuestionaba la muchacha llorando amargamente.
_ Eso es para que aprendas a comportarte – contestó la madre de forma natural.
_ Esto se me quitaba con una lavada, mamá. No había necesidad de esto – sollozaba Marta.
_ Pues que pena, yo no lo sabía – dijo la mujer saliendo de la habitación con una sonrisa en el rostro. Marta dirigió una vez mas la mirada al espejo rogando de que se tratara de una pesadilla. No podía comprender como es que su madre podría tratarla de aquella manera. Desvió la vista al reloj sabiendo que llegaría tarde a la escuela así que luego de cambiarse, trató de disimular lo hecho en su cabello con un sombrero sin saber que aquello no le duraría mucho pues al entrar a su salón, se encontró con que el director estaba allí.
_ Hazme el favor de quitarte ese sombrero. Sabes que no están permitidas esas cosas – le pidió el director en tono amable luego de que ella se había sentado pero, Marta se negó de forma rotunda y nerviosa – Marta Capdevila, te dije que te la quitaras! – gritó arrancándole el sombrero a lo que las chicas rieron bajo la dirección de Diana que fue la primera en burlarse al igual que el propio director. Marta no pudo con la vergüenza y mucho menos con los comentarios así que salió corriendo siendo perseguida por Rose y Silvia a pesar de que el director les pidió que se quedaran en el aula. Silvia buscó a Johnny mientras Rose alcanzaba a Marta en los baños donde esta le contó lo sucedido en medio de lágrimas. El profesor no tardó mucho en llegar al igual que el director.
_ Tu madre no puede hacerte esto – dijo Johnny – Quieres que hable con ella? – le preguntó acariciando el rostro de su prima.

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